Desde la colocación de la primera piedra el 18 de abril de 1506, cuando el Papa Julio II dio inicio a la edificación de la nueva basílica vaticana, hasta el tiempo actual, la Fábrica de San Pedro ha sido la institución de la Santa Sede a la que se confió la reconstrucción y, sucesivamente, la conservación, la manutención y el uso de la basílica edificada sobre la sepultura del apóstol Pedro.
Forma parte de las instituciones vinculadas a la Santa Sede; en ella se ha delegado la tarea de ocuparse de todo lo que se refiere a la basílica de San Pedro en el Vaticano, como reafirma la constitución apostólica Praedicate Evangelium, promulgada por el Papa Francisco el 19 de marzo de 2022: “La Fábrica de San Pedro se ocupa de todo lo relacionado con la Basílica Papal de San Pedro, que custodia la memoria del martirio y la tumba del Apóstol, tanto para la conservación y el decoro del edificio, como para la disciplina interna de los custodios, de los peregrinos y de los visitantes, según sus propias normas. En los casos necesarios, el presidente y el secretario de la Fábrica actúan de común acuerdo con el Capítulo de la misma Basílica” (art. 244).
La Fábrica de San Pedro es, por tanto, un ente vivo, y representa un raro ejemplo de operatividad a largo plazo, pues actualmente ha alcanzado su sexto siglo de vida. Su longevidad y su archivo histórico transmiten su historia y la califican como una institución ejemplar “del saber y del saber hacer”, con una estructura económica y administrativa eficiente y capaz de capitalizar los conocimientos adquiridos para hacer frente a las exigencias de la basílica vaticana.
La Fábrica ha representado un autorizado modelo de práctica de la construcción en la edad moderna; asimismo, ha aplicado innovativas políticas del trabajo para la formación de los artesanos de la basílica, para el sostén de los salarios en situaciones de especial necesidad, para la asistencia a las familias y la tutela en la enfermedad y en la vejez. Otro aspecto luminoso en la historia de la Fábrica es la presencia de mujeres en la obra de San Pedro, desde la fase de construcción a la de decoración, contratadas para los mismos trabajos y con el mismo salario que sus colegas hombres.
Se trata, en definitiva, de una institución al servicio del Papa, animada por la fe y la piedad cristianas; un organismo constituido por hombres y mujeres que siguen dedicándose hoy día con su trabajo a tutelar y valorizar la basílica de San Pedro, y a acoger a los peregrinos, fieles y visitantes que, cada vez más numerosos, acuden a este lugar desde todo el mundo.
En febrero de 2021, el Papa Francisco confirió al cardenal Mauro Gambetti, antiguo Custodio del sacro convento de San Francisco en Asís, los cargos de Vicario General de Su Santidad para la Ciudad del Vaticano; de Arcipreste de la basílica papal de San Pedro en el Vaticano; y de presidente de la Fábrica de San Pedro.
© Fabbrica di San Pietro