En el museo de la basílica de San Pedro se expone lo que se conoce como Tesoro de San Pedro. Se trata, esencialmente, de una colección de objetos de uso litúrgico que se empleaban antiguamente durante las funciones sagradas en la basílica. Por ello, puede decirse que el Tesoro de San Pedro nació junto con la basílica; y que la historia de la basílica y la de su tesoro son como la trama y la urdimbre de un mismo tejido narrativo.
A lo largo de los siglos, el Tesoro de San Pedro ha vivido largos periodos de lento pero continuo enriquecimiento, intercalados con momentos de empobrecimiento repentino y dramático. Los violentos saqueos de los que fue víctima varias veces la basílica vaticana y, en ocasiones, toda la ciudad de Roma, comportaron la dispersión del Tesoro de San Pedro. Así sucedió en la antigüedad tardía por mano de los visigodos (a. 410 d.C.), los vándalos (a. 455) y los ostrogodos (a. 545). Nuevos saqueos se verificaron también en la Edad Media -por obra de los sarracenos (a. 830, 846) y de los normandos (a. 1084)-, así como en la primera Edad Moderna -los lansquenetes (a. 1527)-. En tiempos más recientes, al final del s. XVIII, el Tesoro sufrió graves requisas durante la ocupación de Roma y del Estado Pontificio por parte de los jacobinos (1798-1799). Después de cada uno de estos eventos traumáticos, el Tesoro de San Pedro se ha rehecho siempre, gracias a lo que ha sobrevivido y a la generosidad de algunos benefactores que han querido donar a la basílica vaticana un signo tangible de su devoción al apóstol Pedro.
Desde el s. XI, el servicio litúrgico de la basílica vaticana -y también la custodia del Tesoro de objetos litúrgicos, paramentos y vasos sagrados- está confiado al Cabildo de San Pedro. El Tesoro de San Pedro no estuvo abierto al público hasta principios del s. XX. Los canónigos del Cabildo solo lo mostraban, previa solicitud, a estudiosos o invitados importantes. En 1909 se estableció una primera ordenación museística del Tesoro, articulada en dos salas. Además de los objetos de uso litúrgico, se expusieron también otros ligados a la historia de la basílica y algunas obras de arte.
Después de una primera ampliación del Museo en 1949, en 1975, con ocasión del Jubileo, se realizó una transformación más significativa, dirigida por el arquitecto Franco Minissi. Se revisaron completamente los criterios expositivos para valorizar cada obra según el principio del “protagonismo de los objetos” expuestos.
En los años siguientes, en el Museo han tenido lugar diversos cambios y se han realizado nuevas instalaciones que han modificado su configuración. Actualmente, con vistas al próximo Jubileo, se está estudiando un nuevo proyecto de remodelación y mejora. El Museo del Tesoro de la basílica está abierto durante el horario de apertura de la basílica.
© Fabbrica di San Pietro