Querida por el Papa Alejandro VII, la plaza de San Pedro fue proyectada por el arquitecto Gian Lorenzo Bernini. Fue completada en 1667, tras once años de intensos y costosos trabajos.
La plaza está formada por un espacio oval de tres centros (de 196 x 149 m.) con columnatas semicirculares unidas a la basílica por “brazos” o deambulatorios cerrados que delimitan una amplia zona de forma trapezoidal cuyo lado mayor está constituido por la fachada. Los dos hemiciclos columnados se abren como un gran abrazo a Roma y al mundo. Sobre las columnatas, constituidas por 284 columnas de 16 metros de altura dispuestas en cuatro filas, se yerguen 140 estatuas de más de tres metros.
El espacio de la plaza está dominado por la mirada materna de la Virgen con el Niño. Se trata de una gran copia en mosaico del icono del s. XV de la Mater Ecclesiae (Madre de la Iglesia) venerada con este título en el interior de la basílica, en la capilla de la Virgen de la Columna.
En el centro de la plaza se yergue el obelisco vaticano, coronado por la cruz salvífica de Cristo. Procedente del circo de Calígula y Nerón, hace vívido el recuerdo de la crucifixión de Pedro y de los suplicios sufridos por los primeros mártires romanos tras el incendio de Roma en el año 64.
© Fabbrica di San Pietro